El otro día en clase, nuestro profesor propuso una puesta en común sobre lo que la Constitución Española, y la Declaración de los Derechos Humanos, recogían sobre la Educación en sus artículos 27 y 26 respectivamente.
De esta forma, tuvo lugar una conversación bastante curiosa, tras la que luego, nuestro profesor, nos felicitó por nuestra sinceridad y reflexión. Los moderadores dirigieron la discusión realizando distintas preguntas y no dejando que el hilo decayera en ningún momento. A continuación vamos a mostraros algunas de las conclusiones a las que llegamos entre todos.
También tocamos el tema de las competencias éticas y morales en la escuela y en la familia. Llegamos a la conclusión de que en la escuela es importante que se trabajen estos aspectos para poder otorgar una educación equitativa a todas las personas. No todas las familias educan estos aspectos y de ahí que la escuela sea tan importante. Además, la escuela no solo se encarga de formar futuros trabajadores, sino personas, y esto hace que los maestros tenga la responsabilidad de enseñar la importancia del respeto, la humildad, la generosidad...
Hablamos sobre la necesidad de reconocer e identificar nuestras limitaciones, pero también sobre la importancia y el impacto que tiene el papel del maestro en la sociedad. Los maestros tienen mucho poder e influencia sobre sus alumnos y, como en todo, pueden aprender a utilizarlo para bien de sus alumnos, para mal de sus alumnos, o simplemente no conocer ese poder y no sacar todo su potencial o emplearlo de forma caótica.
También tocamos el tema del sistema educativo español, y cómo muchas veces tendemos a sistematizar y a cerrar puertas en vez de a abrirlas. Muchas veces sólo se encarrila a los estudiantes hacia una carrera universitaria cuando hay muchas otras opciones de formación. Quizás sea porque en España se tiende a pensar que solo con una carrera universitaria se va a llegar a ser algo en la vida y también porque las políticas empresariales y sociales nos hacen ver esto. Pero el caso es que no todos tenemos por qué ser grandes empresarios o políticos, sino que la sociedad también necesita pequeños empresarios, electricistas, agricultores, carpinteros… En el instituto y en bachillerato se deberían mostrar todas las alternativas que hay de forma más profunda. Las carreras universitarias, las FP… También hay que dejar de darle tanta importancia a un examen para el estudias mucho y luego no te acuerdas de los contenidos
Con esto no queremos decir que evaluar a los alumnos no sea importante, todo lo contrario. Pero una prueba igual para todos en unas asignaturas muy encajonadas no es lo más justo ni lo más provechoso.
Resumiendo estas conclusiones, podríamos decir que la educación hoy en día es fundamental para poder formar personas libres que puedan configurar una vida independiente en sintonía con la sociedad, que el papel del maestro es fundamental en este proceso al igual que el de la familia y el de toda la sociedad en su conjunto; que el sistema educativo puede seguir mejorando y que está en nuestra labor diaria con los alumnos parte de ese cambio; y que para que todo esto sea posible, debe garantizarse que esta educación se de haciendo que sea obligatoria y gratuita. También debe garantizarse el respeto del papel de los padres en la educación de sus hijos, y de vez en cuando recordárselo a aquellos que andan más despistados, y de igual manera, garantizar la libertad del maestro para impartir su materia dentro del aula
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